NUMA POMPILIO

                                                     NUMA POMPILIO

NUMA fue reputado 
de  hombre justo y piadoso.

Numa Pompilio (753-674 a. C.) fue el segundo rey de Roma (716-674 a. C.), sucesor de Rómulo. 

Después de la muerte o desaparición de Rómulo viene un interregno (un año sin rey) después del cual es elegido por el Senado Numa Pompilio por su sentido de justicia y por su competencia religiosa.,​ entrado ya en años, un hombre piadoso y sabio que vivía en la ciudad de Cures. Era de origen sabino. 

Es el Segundo rey de Roma, pertenece a la Dinastía Latina del periodo Monarquía Romana. Después de la muerte de Rómulo el reinado de la ciudad recayó sobre el sabino Numa Pompilio, quien fue elegido por el Senado para suceder a Rómulo, a causa de su reputación de justo y piadoso. Gran parte de las noticias nos llegan a través de una biografía escrita por el escritor griego Plutarco (c. 46-125).


Su reinado estuvo marcado por la paz , prosperidad y la reforma religiosa. El rey Numa Pompilio construyó un nuevo templo para el dios Jano y el dios Vesta y, después de establecer la paz con los vecinos de Roma, cerró las puertas del templo de Jano para indicar un estado de paz en Roma . Las puertas del templo se mantuvieron cerradas para el resto de su reinado. Dio leyes y potenció los derechos y acuerdos de paz entre Roma y el resto de las ciudades.

Fue además el creador de las principales instituciones religiosas,​ y se dice que mandó edificar el templo de Jano, al pie del monte Argileto. Se ocupó también de reformar el calendario dividiéndolo en doce meses lunares.

Los romanos en esta época tenían una costumbre: cerrar las puertas del templo en señal de paz, abrirlas cuando Roma estaba en guerra. Durante el reinado de Numa Pompilio, las puertas permanecieron siempre cerradas. Se dice que tenía el poder de desencadenar el fuego de Júpiter. Es decir, que sabía producir descargas eléctricas que causaban pavor entre sus enemigos.
Según Plutarco, Numa Pompilio fue el primer rey que organizó una corporación de artesanos. Instituyó ocho clases: flautistas, orífices, carpinteros, tintoreros, zapateros, curtidores, broncistas, alfareros.
Se ocupó asimismo de organizar la religión romana, tanto en el terreno público como en el oficial. Cada familia tenía su culto llamado Sacra y el sacerdote y dirigente de este culto era el pater familias.
Del mismo modo, cada Curia (los romanos estaban divididos en tres tribus: sabinos, latinos y etruscos más treinta curias) tuvo su culto dirigido en cada caso por un curión. Las familias romanas (las gens) tenían entre ellas un vínculo de unión que eran los sacra gentilicia, que estaban administrados por un sacerdote al que llamaban flamen. La sacra gentilicia se sostenía por la aportación de las stips, que era una contribución ofrecida por el conjunto de las familias.
Con este rey, termina el período llamado juvenilista propio de la cofradía de los lupercos, aquella cuya iniciación de sus jóvenes fue interrumpida por el secuestro de Remo. Aquellos muchachos eran unos adolescentes eternos y siempre fieles que rodearon a Rómulo hasta su muerte y eran los que componían su guardia personal. Eran los trescientos céleres o veloces.
Se le reconoce a Numa la instauración del templo de las vestales, templo sagrado donde unas sacerdotisas vírgenes mantenían el fuego sagrado, ya que la religión veía en el fuego el comienzo de la vida. Numa dedicó mucho tiempo a fortalecer la religión romana y el culto a los dioses, así como el luto y las costumbres. Plutarco indica que la autoridad de Numa estaba legitimada por la relación que tenía este rey con la ninfa Egeria.
A su muerte le sucedió Tulio Hostilio y años más tarde como cuarto Rey de Roma, su nieto Anco Marcio. Julius Evola en Revuelta contra el mundo moderno sostiene que «con Numa reaparece el tipo lunar de sacerdote real etrusco-pelasgo, dirigido por el principio femenino, la Egeria, y con él se anuncia la escisión entre el poder real y el poder sacerdotal».
El Rey Numa Pompilio se desposó en dos ocasiones. La primera con Tacia, hija del rey sabino Tito Tacio, con la cual no engendraría descendencia. Posteriormente, desposaría a Lucrecia, de la cual nacerían Pomponio, Pino, Capo, Mamerco, Pompilio y según algunos estudiosos Pompilia. Estos dieron a su vez origen a las Gens: Pomponia, Pinaria, Calpurnia, Aemilia, Pompilio y Pompilia.

Numa fue tradicionalmente reverenciado por los romanos por su sabiduría y piedad. Además del respaldo de Júpiter, se cree que tuvo una relación directa y personal con un número de deidades, la más célebre la ninfa Egeria, quien acorde a la leyenda le enseñó a ser un legislador sabio. Según Tito Livio, Numa aseguró que había mantenido reuniones de noche con Egeria sobre la manera correcta de establecer ritos sagrados para la ciudad.​ 

Plutarco sugiere que se aprovechó de la superstición​ para darse a sí mismo un halo de temor reverencial y fascinación divina, para así poder cultivar comportamientos más amables entre los belicosos romanos primigenios, tales como honrar a los dioses, respetar la ley, comportarse humanamente ante los enemigos, y vivir apropiadas vidas respetables.

Se dice que Numa fue autor de diversos "libros sagrados" en donde había plasmado las enseñanzas divinas, la mayoría provenientes de Egeria y las Musas. Plutarco​ (citando a Valerio Antias) y Livio​ anotaron que a petición suya fue enterrado junto a estos "libros sagrados", prefiriendo que las normas y rituales que prescribían fueran preservados en la viva memoria de los sacerdotes del estado, en vez de conservarse como reliquias sujetas al olvido y al desuso. 

Se creía que alrededor de la mitad de estos libros—Plutarco y Livio difieren en su número—abarcaban los sacerdotes que había establecido o creado, incluyendo los flamines, pontífices, Salii, y fetiales y sus ritos. Los otros libros tratan sobre filosofía (disciplina sapientiae). Según Plutarco​ estos libros fueron recuperados unos 400 años después (en realidad casi 500 años, por ejemplo en 181 a. C. según Tito Livio) con ocasión de un desastre natural que expuso la tumba. Fueron examinados por el Senado y quemados al considerarse inapropiados para ser divulgados ante el pueblo. Dionisio de Halicarnaso​ da a entender que fueron conservados bajo un enorme secretismo por los pontífices.

A Numa se le atribuye haber obligado a los dos panes Pico y Fauno a revelar algunas profecías sobre cosas que ocurrirían.
Numa, apoyado y entrenado por Egeria, supuestamente sostuvo una batalla de rayos con el propio Júpiter, en una aparición donde Numa trató de encontrar un ritual protector contra la caída de los rayos y truenos.

En tiempos de una epidemia pestilente que estaba generando estragos entre la población, un prodigio tuvo lugar: una ancila cayó desde el cielo. Cuando fue presentado ante Numa, él declaró, que Egeria le había iluminado que éste era un símbolo de protección de Júpiter, para lo cual Numa organizó debidas medidas de reconocimiento, poniendo así fin inmediato a la plaga. El escudo se convirtió en una reliquia sagrada de los romanos​ y fue dispuesto al cuidado de los saliares.www.wikipedia.org

               !HONOR, A QUIEN HONOR MERECE!


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